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COAG denuncia que el acuerdo arancelario UE-EE.UU. vuelve a sacrificar a la agricultura europea como moneda de cambio

Durante la reunión que mantendrán esta mañana con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, los máximos responsables de COAG pedirán que el Gobierno español rechace este acuerdo durante el proceso de ratificación que inician Parlamento Europeo, Consejo y Comisión. “Legitima la competencia desleal de las producciones agrarias americanas respecto a las europeas”.

  • Además, advertirán sobre las distorsiones en los mercados agroalimentarios a nivel global y los riesgos para el tejido productivo español y la soberanía alimentaria de la UE. “Es inquietante y lamentable la pasividad de la UE respecto al campo. No sabemos si el plan B de Von der Leyen será alimentarnos con microchips de Silicon Valley”.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera que el acuerdo alcanzado el pasado 21 de agosto entre la Unión Europea y Estados Unidos supone una cesión unilateral a los intereses estadounidenses que deja al sector agrario español y europeo en clara desventaja. “Legitima una competencia desleal intolerable y así se lo trasladaremos esta mañana al ministro de Economía Carlos Cuerpo, durante la reunión a la que nos ha convocado para informar sobre los términos del mismo. Pediremos que se rechace frontalmente en el proceso de ratificación en Parlamento Europeo, Consejo y Comisión”, ha subrayado Miguel Padilla, Secretario General de COAG.

Lejos de abrir oportunidades reales, la Declaración Conjunta consolida un marco de competencia desigual: la UE elimina aranceles para una amplia gama de productos industriales y agroalimentarios de EE.UU., mientras se mantienen gravámenes del 15 % sobre exportaciones europeas clave como vino, aceite y frutos secos.

Europa se ha comprometido por escrito a comprar hidrocarburos por 750.000 millones de dólares. Igualmente, a invertir 600.000 millones en tres años en sectores estratégicos de EEUU (industria militar) y a comprar hasta 40.000 millones de dólares en chips diseñados para la inteligencia artificial. “Estamos ante un acuerdo totalmente desequilibrado que ni siquiera contempla el prometido ‘zero to zero’ en productos agrícolas. Una vez más, Bruselas sacrifica al campo europeo en aras de intereses industriales, militares y geopolíticos. Es inquietante y lamentable la pasividad de la UE respecto al campo. No sabemos si el plan B de Von der Leyen será alimentarnos con microchips de Silicon Valley”, ha denunciado COAG.

Concesiones a EE.UU. sin reciprocidad

  • Acceso preferencial para productos como almendras,  lácteos (incluidos quesos industriales), frutas y verduras, alimentos procesados, semillas, aceite de soja, carne de cerdo y bisonte, y langosta procesada.
  • Flexibilización de requisitos sanitarios y ambientales que permitirá la entrada de productos con estándares de sostenibilidad y bienestar animal inferiores a los exigidos en Europa.
  • Compromiso de la UE de relajar la aplicación de su normativa de deforestación y sostenibilidad, debilitando así la coherencia de su política ambiental.

Por el contrario, la agricultura europea no obtiene ninguna mejora sustancial en el acceso al mercado estadounidense. Ni el vino ni las bebidas espirituosas, dos prioridades señaladas por Bruselas, han logrado concesiones arancelarias.

Una amenaza para los agricultores y ganaderos españoles

COAG alerta de que este acuerdo coloca a los productores europeos en peor posición frente a competidores como Australia o Argentina, cuyos productos acceden al mercado estadounidense con barreras más bajas. Además, la apertura indiscriminada a importaciones desde EE.UU. supone un riesgo de competencia desleal, al no garantizarse condiciones equivalentes en materia de sostenibilidad, calidad y seguridad alimentaria.

Asismimo desde COAG se recuerda que el problema no radica sólo en el volumen de exportaciones directas, sino en el impacto indirecto que tendrá sobre los mercados. “Esos países que ahora encuentran obstáculos para acceder al mercado estadounidense buscarán otros destinos para sus productos, lo que podría suponer una ocupación progresiva de mercados que actualmente pertenecen a los productores europeos”, ha apuntado el Secretario General de COAG, Miguel Padilla.

En el caso de España, un 68% de la comercialización agroalimentaria se realiza dentro del mercado comunitario, por lo que cualquier distorsión a nivel internacional tendrá un efecto directo en nuestros productores.

Las demandas de COAG

Ante esta situación, COAG exige al Gobierno español:

  1. Rechazo a los términos del acuerdo, en el proceso de negociación para el desarrollo de los textos legislativos que deben abordar Parlamento Europeo, Consejo y Comisión.
  2. Evaluación de impacto urgente: Publicación inmediata de un estudio detallado sobre los efectos del acuerdo en el sector agrario europeo.
  3. Protección de estándares: Ni rebajas sanitarias ni ambientales a costa de los productores locales.
  4. Prioridad agrícola en la política comercial. La agricultura no puede seguir siendo la moneda de cambio en los acuerdos estratégicos.

Este acuerdo confirma una tendencia grave y preocupante: la agricultura europea está siendo relegada sistemáticamente en las negociaciones comerciales de la UE. Para COAG, se trata de un error estratégico que debilita a agricultores y ganaderos, amenaza la sostenibilidad de las zonas rurales y contradice los principios de reciprocidad y equidad que deberían guiar la política comercial europea”, ha apostillado Padilla.

 

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