LEY ANDALUZA DE PRODUCCIÓN ECOLÓGICA: AVANCES Y RETOS
- Aunque se han incorporado algunas de las propuestas presentadas por la organización, la norma “se queda corta” en aspectos clave al no apostar con rotundidad por el sector ecológico y generar confusión incluyendo otras producciones certificadas.

1 diciembre 2025.- COAG Andalucía ha analizado el texto definitivo de la Ley de Impulso y Promoción de la Producción Ecológica, que se aprobó el pasado miércoles, 26 de noviembre, y ha destacado que, pese a que se han incorporado algunas de las propuestas de la organización, la norma no alcanza las expectativas esperadas del sector ecológico andaluz, líder a nivel europeo con más de 1,5 millones de hectáreas; unas expectativas que han quedado, mermadas ante el texto final, al no distinguirse en la misma, de forma transparente, entre producción ecológica y producciones certificadas. “Esta equiparación genera confusión, diluye el valor del ecológico y deja en el aire cuál es la apuesta real de la Junta”, según indica Sergio López, responsable del Área de Ecológico en COAG Andalucía. “Era imprescindible contar con una ley propia, pero no entendemos que se mezclen modelos muy distintos bajo el mismo paraguas” -explica López- “¿Quiere la Junta apostar por la producción ecológica —un sector que ya es estratégico y reconocido— o quiere repartir el foco entre otras certificaciones? El texto no lo aclara”.
Las aportaciones de COAG Andalucía: Mercado local, simplificación administrativa y órgano consultivo
Así, desde COAG Andalucía se valora positivamente que la ley incorpore algunas de las reivindicaciones históricas de esta organización. Entre ellas, el fomento de los mercados locales, la venta directa y la entrada de alimentos ecológicos en comedores escolares y centros públicos. Se trata de medidas que, para COAG Andalucía, suponen una contribución importante al propiciar un acercamiento entre productores y consumidores, reforzando así la cadena.
En esta línea, desde la organización agraria se deposita la confianza en que la nueva ley sirva para priorizar la producción ecológica local, y evitar, así, la utilización de alimentos de terceros países en contratación publica, al tratarse de productos que no cumplen con nuestros estándares de calidad y que ponen en riesgo el sistema productivo andaluz.
Asimismo, resulta fundamental que se hayan recogido en la ley determinados aspectos prioritarios para que el sector pueda responder de forma eficaz ante problemas o desafíos, como el compromiso que la Junta desarrolla a través de la Ley a la hora de aplicar medidas de simplificación administrativa. Sería necesario, en este sentido, perfeccionar esta intención inicial pues en la mencionada norma no se especifica el procedimiento a seguir, siendo fundamental que dichas medidas de simplificación se hagan efectivas lo antes posible y dentro del marco de interlocución con las organizaciones agrarias, al resultar nuestras aportaciones prioritarias para su puesta en práctica.
Otro punto positivo es conseguir reforzar la figura del actual Consejo Andaluz de Producción Ecológica (CAPE), a través de la nueva norma, pues al tratarse de una herramienta fundamental para el sector de la producción, se deben implementar sus convocatorias de forma regular y efectiva, cuyo buen funcionamiento es básico para el futuro del sector.

Mejoras prioritarias para el sector
A diferencia de otras leyes sectoriales, la ley que se acaba de aprobar no cuenta aún con un presupuesto propio. La financiación de la misma se vehicula a través de los fondos europeos y el principal escollo surge, en este sentido, al tratarse de una financiación, ahora mismo, en negociación dentro del marco de la nueva PAC. “Una ley sin presupuesto es una declaración de intenciones”, lamenta López. “No sabemos cuántos fondos habrá ni hasta cuándo. Confiar su aplicación a la incertidumbre europea es renunciar a una apuesta firme y un factor de mejora que debería ser rectificado en un futuro a medio plazo”.
La producción ecológica es, para Andalucía, tanto una marca de identidad como una oportunidad económica. Y la ley que debía apuntalar su futuro deja sensaciones encontradas.
Desde COAG Andalucía se reconocen avances, pero se advierte de que el texto final no prioriza de manera inequívoca la producción ecológica, la misma que ha consolidado a la comunidad como referente europeo.
“El paso dado es importante”, concede López, “pero la Junta no ha sido valiente. Andalucía necesitaba una apuesta mucho más clara, que deje más respuestas y no tantas preguntas, como plantea el texto final”.







